EL SILENCIO ES ORO



VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA



"Hola, oscuridad, mi viaje amiga, ya llegué otra vez aquí, para conversar contigo de nuevo".  El Silencio es el secreto escondido en el ritmo del sonido de la música. Es lo que da sentido a la melodía. Sin el silencio la música sencillamente, no existirá.

En el Budismo  Zen, se aprende  que la razón de las cosas está en la inactividad. Cuando la gran mayoría de la gente cree que lo importante es lo que aparece o lo que se hace, lo que es tangible, la verdad es que el secreto está en aquello que no se hace, en aquello que no es aparente, lo que no es tangible y que está oculto por las apariencias. Son los maestros Zen, los que nos dan estas enseñanzas.

La importancia de una copa por ejemplo, no está en su materia, esto, es decir en la copa misma sino en el espacio vacío que ella contiene o delimita. En verdad, la utilidad de una copa no se mide por ser de plata, cristal, oro o cualquier otro material, si no por el contenido líquido que puede soportar su interior vacío.

" !Ah¡, !el vacío¡"-. La oscuridad, la manifestación de la ausencia. El silencio, para unos es sepulcral, para otros, divino.

Un maestro dijo que una vez invocó teúrgicamente a Minerva, la Mitológica Diosa Griega de la Sabiduría. Cuando ella se manifestó, lo hizo callada, y así se mantuvo todo el tiempo. La mayor lección que este maestro obtuvo, según el mismo, fue "que el silencio es la mayor elocuencia de la sabiduría"

El silencio es femenino, pasivo, vago, indefinido y misterioso. Dicen que el verdadero maestro espiritual, esta siempre pronto a oír, a aprender, a dejar que otras personas le enseñen, le digan las cosas.

El que escucha aprende, absorbe, y se calla. El no tiene porque probar nada a nadie, no tiene por qué querer convertir a otros, ni discutir. Así él está un paso al frente de las otras personas. Así, aprendemos que "la palabra es de plata, pero el silencio es de oro.
El éxtasis espiritual es silencioso, interior. Pocas personas consiguen administrar bien el silencio y la soledad en sus vidas. La Gran Fraternidad Cósmica Universal de las Estrellas (Luces) habita el vacío, lo infinito del silencio. Ahí, ellas ejecutan la llamada "Sinfonía de las Esferas" sin emitir, sin embargo, ningún sonido.

"Aquel que tenga oídos, que escuche", ya dijo antes el Maestro Jesús. En la Cábala, existen cuatro niveles de interpretación de las cosas creadas. Estos niveles van desde el literal y obvio, hasta el nivel más elevado, reservado a los maestros que son "el Sol", es decir "el secreto". En este nivel reina el secreto del silencio. Es el nivel del esoterismo puro, profundo y trascendente de todo lo que existe, es lo divino latente en la creación. Es la perfección pulsante, o vibrante en el corazón de quienes escuchan con el silencio.

En Astrología, Saturno y Plutón, son planetas de silencio, profundidad, eternidad y elevada espiritualidad. Son planetas que nos traen referencias de que puede existir lo más elevado y trascendental en la vida espiritual. Son los símbolos de la más alta jerarquía, de la existencia de seres que son verdaderas columnas para sostener toda la Creación y para cumplir los Designios de Dios. Ellos son los astros del silencio de la voluntad de Dios, de la Gran Ley que rige al Cosmos, de esta ley que emerge del Caos, de las Tinieblas, de los orígenes de la Creación, de lo inmanifiesto de la Suprema Perfección.

Si el silencio es el alma de la música, la sombra u obscuridad, es la gloria del arte de la fotografía y de la pintura.

Cuanto más sabe una persona, cuanto más se embellece, cuanto más una persona evoluciona, cuanto más se va destacando del conjunto homogéneo de la humanidad. Así ella se eleva sobre sus antiguos compañeros de jornada por la vida, como también acaba por asumir grandes responsabilidades por causas de esto. Pues ella se vuelve más competente para administrar, guiar, orientar, comprender y orientar a los suyos, debido a su visión más amplia, completa y profunda de las cosas de la vida.

Por otro lado, esta persona evolucionada, mientras más camina rumbo a la perfección, más se está destinando a la soledad, pues raros serán aquellos, que estarían en su mismo nivel de comprensión y vivencia.

En el Universo, es rara la coincidencia de estrellas dúplex. Lo normal en términos de una estrella, es iluminar, aparecer, dar calor y dar vida a un grupo de planetas. Una estrella es un Sol, si deseamos volvernos una estrella, un Sol, nos iluminaremos, nos acercamos a la verdad, entonces es mejor prepararnos para la soledad y para vivir en el vacío.

Solamente estando vacíos, huecos de nuestra personalidad. En silencio interior es como podemos ser realmente útiles al Creador. Solamente así podremos contener en lo cóncavo de nuestras almas, la Luz de la Verdad, de la Justicia y de la Belleza. Saturno y Plutón, en astrología, gobiernan el color negro, no en el sentido de algo maligno, si no, más bien como ausencia, como secreto, como misterio o profundidad. Ellos delimitan los horizontes de la Criatura, hasta dónde él puede llegar en su esfuerzo máximo de elevación y trascendencia. Es sabido que el color negro absorbe la luz totalmente, no la refleja.

Normalmente, tendemos a huir de la soledad, del silencio, de la responsabilidad; damos preferencia a los reflejos ilusorios, al brillo, a la aprobación de las masas y a la búsqueda de satisfacciones, facilidades y alegrías. Actuando así, tomamos el camino inverso a aquel indicado por los  secretos revelados a nosotros.



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